martes, 12 de febrero de 2013

Un tienda en París



Aún sigo con un nudo en la garganta y hace dos horas que acabé el libro.

Dicen muchos que París es la ciudad del amor, que es preciosa, el lugar más Bohème, más estiloso, con glamour, etc. Cuando viaje hace unos años en pleno julio con una ola de calor asfixiante no me lo pareció así, me decepcionó y por ello tengo muchas críticas hacia esa ciudad, pero las diré en otras entradas, en esta me centraré en sentimientos, en el amor. Hay otros que prefieren otorgarle el epíteto de “ciudad del amor” a Venecia, cuando estuve allí, sí me lo pareció así, más romántica, más de ensueño, más leyendas que llevan a soñar y especular. Tal vez Venecia era la ciudad del amor en la época medieval, de los mercaderes y Casanovas, mientras que París lo fue a principio del siglo XX.

Este libro me ha hecho viajar a un París desconocido, un París colorido y grisáceo, soleado y húmedo, sobrio y divertido, pobre y rico. Es un libro lleno de contrastes que te transporta cuando menos te lo esperas a ese París más desenfrenado de los años 20. Dos protagonistas llenas de sentimientos consiguen que el lector sienta el palpitar de sus corazones.

Como ya nos viene acostumbrando el autor, Màxim Huerta, nunca sabemos la verdad hasta que terminamos el libro, y entramos desde el primer capítulo en una espiral de emociones, vidas, situaciones y suspenses que no se irán resolviendo hasta su debido momento en la obra.
Ha sido uno de esos libros que ha conseguido que se me caiga alguna lágrima, que me ría mientras voy en el tren, que me quede absorta y seria de camino a algún lado, que me quede horas y horas leyendo en la cama sin pensar en las horas de sueño que iba a tener, porque cuando decidía parar… soñaba con Alice, con su vida, con qué pasaría, cómo lo haría…

No quiero seguir contando porque seguro que algo se me escapa y con esta entrada lo que quiero es animaros a leerlo.

Simplemente MAGNÍFICO

Una tienda en París, Màxim huerta

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